Si bien falta bastante para el casamiento del príncipe Harry (treinta y tres) y la actriz Meghan Markle (treinta y seis), ya se comenzaron a conocer detalles íntimos del gran acontecimiento real que se festejará el próximo dieciocho de mayo. Desde hace unos meses, los británicos charlan del poder de repercusión de la de Norteamérica por su estilo y feminismo, al punto que lo han bautizado como “El efecto Meghan”. Mas todavía quedan detalles por solucionar de cara a este día: quién va a llevarla al altar, quién es el muy famoso personaje que podría no ir y los consejos de su nueva mejor amiga.
Con relación a la organización de la boda, hay cientos y cientos de teorías que todavía no fueron confirmadas, mas la verdad es que la pareja viene rompiendo ciertos protocolos monárquicos. Por servirnos de un ejemplo, el vestido con trasparencia que utilizó Meghan para las fotografías de compromiso.
Ahora, la actriz de Norteamérica vuelve a retar a las tradiciones y los convencionalismos, pues tiene pretensión de llegar al altar de la capilla San Jorge del Castillo de Windsor, del brazo de su madre, Doria Ragland, y luego al salon eventos corporativos de la realeza. “Aunque es verdad que siempre y en todo momento tendrán presente las tradiciones y las creencias de sus mayores, al final el día es para ellos y lo que deseen hacer”, afirmó una fuente próxima a la pareja en el US Weekly.
Meghan sostiene una genial relación con su madre, una maestra de yoga instalada en California, mas no le pasa lo mismo con su padre, Thomas Markle, quien radica en México. En la entrevista que la pareja ofreció el pasado noviembre tras su compromiso, mismos contaron que el príncipe aún no conocía al hombre si bien sí que había hablado con él por teléfono.
Con Dorian la situación es plenamente diferente. La madre de la actriz participó en múltiples acontecimientos reales, y hasta se dejó ver al lado de Harry en la clausura de los Juegos Invictus en la ciudad de Toronto, Canadá, el pasado treinta de septiembre.
Victoria Beckham, la nueva cómplice de Meghan
Desde el compromiso, Meghan se transformó en una celebridad para los británico y de ella se quiere saber todo: sus secretos de estilo y belleza, qué dieta prosigue, sus aficiones. Todo.
Por esta razón, absolutamente nadie se sorprendió cuando se enteraron que la diseñadora Victoria Beckham es la nueva cómplice de la actriz, la que le enseñó las costumbres y la cultura de su nuevo hogar. Aunque esto se suponía que iba a recaer en su cuñada Kate Middleton, conforme The Mirror, Victoria y Meghan se volvieron inseparables.
Según parece, fue Sarah Chapman (la esteticista más conocida de las celebrities londinenses) la que las presentó. La diseñadora es leal a sus tratamientos desde hace unos años y la actriz asistió a su salon de fiestas a darse ciertas sesiones ya antes de la boda real. Cuando empezaron a conversar, Sarah llegó a la conclusión de que precisaba los consejos de la esposa de David Beckham, quien podría transformarse en una de las convidadas de mucho lujo del casamiento.
Tensiones diplomáticas
Es en público sabido que entre el hijo de Lady Di y el expresidente de los U.S.A. Barack Obama, hay un buen vínculo, mas esa relación cordial puede producirles inconvenientes al gobierno británico con Donald Trump.
A consecuencia de esta amistad, la pareja habría pensado invitar tanto a Barack como a Michelle Obama a su casamiento, conforme han afirmado múltiples fuentes próximas al diario The Sun. No obstante, dicha convidación supondría un golpe más a la por sí frágil situación diplomática entre el R. Unido y E.U..
Por esta razón, desde Downing Street, vivienda oficial de la Primera Ministra, y Buckingham Palace están a la orden del día para decidir la lista de convidados, puesto que la administración de Theresa May está en su derecho a ser consultada, mas no tiene poder de resolución al no invitarse a jefes de Estado.